Es urgente que el psicoanálisis mire los legados del colonialismo, lo que nos constituye como sujetos latinoamericanos. Así, este libro se presenta no sólo como una invitación al diálogo, sino como una acción hacia la alfabetización racial tan necesaria en nuestro entorno. Que estas páginas inspiren nuevas investigaciones, agudicen la escucha y amplíen los límites de un psicoanálisis que todavía es bastante blanco y eurocéntrico.