Todos los pecados del mundo, la primera novela del argentino Norberto Presta, es una pintura acabada de un mundo desbaratado por una sociedad cada vez más deshumanizada. Un culposo gigolo argentino, una prostituta brasileña y un traficante de armas alemán dan las puntadas iniciales para entretejer un discurso multicultural que posee un denominador común: la globalización nos hermana en la soledad. Todo en la novela es real, demasiado y lastimosamente real, un espacio habitado por seres sin brújula, que ya ni recuerdan qué quisieron ser. Un viaje constante con la triste música de un tango de fondo nos hace recorrer la otra cara de la Ciudad Maravillosa en la que la saudade, el clima de martes de carnaval nos rodea. Rica en intertextualidades, Todos los pecados del mundo nos invita a leer y releer, construir y deconstruir, pensar y repensar: cuál es el dios que nos orienta y de qué modo somos pecadores. Sergio Garcia