: El origen de Red Bull: una bebida energética que cambió el mundo La historia de Red Bull comienza a mediados de los 80, cuando Dietrich Mateschitz, un empresario austriaco, descubrió una bebida energética llamada Krating Daeng en Tailandia. En aquel entonces, sufría de jet lag y se dio cuenta de que la bebida le ayudaba a mejorar su energía y concentración. Inspirado por esta experiencia, Mateschitz tuvo la visión de transformar este producto local en una marca global. El primer paso fue adaptar la fórmula al gusto occidental. Si bien el Krating Daeng era dulce y tenía un sabor intenso, Mateschitz modificó la receta para crear algo más suave y refrescante. También añadió dióxido de carbono, convirtiéndolo en una bebida gaseosa. El nombre "Red Bull" se eligió por su atractivo universal y su asociación con la energía y la fuerza. La estrategia de marketing inicial fue crucial para el éxito de la marca. Mateschitz no solo quería vender una bebida, sino crear una cultura en torno a ella. Posicionó a Red Bull como algo único, dirigido a personas con vidas intensas y desafiantes. Desde el principio, la marca adoptó un tono irreverente e innovador, desmarcándose de las estrategias de marketing convencionales. ¿Por qué Red Bull fue diferente? Mientras otras empresas invertían en publicidad tradicional, Red Bull invirtió en experiencias y eventos que capturaron la esencia de su propuesta de valor: energía, adrenalina y superación de obstáculos. Esto incluyó patrocinios de deportes extremos, festivales de música y competiciones extremas. Este enfoque ayudó a construir una identidad de marca que trascendió el producto físico...