El origen de Nestlé y los primeros pasos en el mercado alimentario La historia de Nestlé comienza en 1866, cuando el farmacéutico suizo Henri Nestlé desarrolló un producto revolucionario: Farine Lactée, una mezcla de leche, harina y azúcar diseñada para alimentar a bebés que no podían ser amamantados. Este producto surgió como respuesta a una necesidad urgente de la época: reducir la mortalidad infantil causada por la desnutrición. En aquel entonces, muchas madres no podían amamantar a sus hijos debido a la pobreza, la enfermedad o las condiciones laborales inhumanas. Farine Lactée no solo salvó vidas, sino que también sentó las bases de lo que se convertiría en una de las empresas de alimentos más grandes del mundo. Henri Nestlé nació en Fráncfort, Alemania, pero se mudó a Vevey, Suiza, donde estableció su laboratorio. Era un apasionado de la química y la nutrición, y su visión era crear productos que mejoraran la calidad de vida de las personas. El éxito de la Farine Lactée fue rápido y significativo. En pocos años, el producto se exportaba a otros países europeos, consolidando la reputación de Nestlé como empresa innovadora en la industria alimentaria. En 1905, la empresa de Henri Nestlé se fusionó con la Anglo-Swiss Milk Company, productora de leche condensada. Esta fusión marcó el inicio de la expansión global de Nestlé. La Anglo-Swiss Milk Company se fundó en 1866, el mismo año en que Nestlé lanzó la Farine Lactée, y ambas empresas compartían una visión similar: utilizar la ciencia y la innovación para transformar alimentos básicos en productos asequibles y nutritivos. La década de 1920 trajo consigo nuevos desafíos y oportunidades. Durante la Primera Guerra Mundial, Nestlé enfrentó escasez de materias primas y dificultades logísticas. Sin embargo, la empresa supo adaptarse, diversificando su línea de productos e invirtiendo en tecnología. Fue durante este período que Nestlé comenzó a explorar nuevos mercados, como el café instantáneo, que posteriormente se convertiría en uno de los pilares de su estrategia de crecimiento. Ejemplo práctico: el caso del café instantáneo Un ejemplo práctico de la capacidad de Nestlé para innovar y adaptarse a las necesidades del mercado es el lanzamiento del café instantáneo Nescafé en 1938. Durante la Gran Depresión, el consumo de café en grano se redujo drásticamente debido al aumento de los precios. Nestlé identificó una oportunidad de mercado y desarrolló un proceso para transformar el café líquido en café instantáneo en polvo, preservando el sabor y la calidad. Nescafé fue un éxito inmediato, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en un elemento esencial de las raciones de los soldados. Hoy, Nescafé es una de las marcas más reconocidas del mundo, con presencia en más de 180 países.