"Los muertos", el último relato de la colección Dublineses de James Joyce, es una reflexión profunda sobre la vida, la muerte y la desconexión emocional en las relaciones humanas. Ambientado durante una cena navideña en Dublín, el relato sigue a Gabriel Conroy, quien al final de la noche experimenta una revelación devastadora sobre el pasado de su esposa, Gretta, que lo lleva a confrontar la fragilidad de sus propios sentimientos y la inevitable presencia de la muerte.
A través de Los muertos, Joyce explora temas como la parálisis emocional y la incapacidad de los personajes para establecer conexiones genuinas. Las tensiones entre la vida y la muerte, el pasado y el presente, y la memoria y el olvido, se entrelazan para retratar el aislamiento existencial que define la experiencia humana en la Irlanda de principios del siglo XX. Gabriel, quien hasta ese momento se percibe a sí mismo como un hombre culto y refinado, se enfrenta a la dolorosa realidad de que su vida ha sido superficial y que la pasión y el dolor reales le han sido esquivos.
Desde su publicación, Los muertos ha sido reconocido como una de las obras más significativas de la literatura modernista. Su representación de la alienación y la introspección, así como su estilo innovador, lo han convertido en una referencia obligada en el estudio de la psicología del individuo y las relaciones sociales en la obra de Joyce. La historia continúa siendo relevante en su exploración de la memoria, la identidad y la aceptación de la mortalidad, temas universales que siguen resonando en la literatura contemporánea.