La Cartuja de Parmade Stendhal es básicamente una montaña rusa de emociones, política y amores que no tienen sentido (pero ¿cuándo lo tienen, verdad?). La novela sigue la vida de Fabrizio del Dongo, un joven noble italiano que, spoiler alert, es un desastre en todo lo que hace pero con mucho estilo.
Ambientada en la época napoleónica, Fabrizio se obsesiona con las ideas de heroísmo, aunque, spoiler de nuevo, no lo consigue del todo. Entre batallas (incluyendo la de Waterloo, donde literalmente se pierde porque no entiende qué está pasando) y aventuras amorosas que van del 0 al 100 en dos segundos, la trama es un drama continuo. Ah, y hay política por todas partes: intrigas de corte, traiciones, y esas cosas aburridas que le encantan a los personajes del siglo XIX.
Lo más loco de la novela es cómo mezcla lo épico con lo cotidiano: un minuto Fabrizio está escapando de la cárcel (literalmente, hay una fuga de prisión bastante épica), y al siguiente está reflexionando sobre su próximo crush. Es como si Stendhal dijera "la vida es así, caótica y sin sentido, pero al menos podemos hacerlo con estilo".
En fin, La Cartuja de Parma sigue siendo relevante porque muestra cómo a veces nos perdemos en nuestras propias cabezas mientras el mundo arde a nuestro alrededor. ¡Literalmente nada ha cambiado!