Estas historias nacen de ese lugar oscuro donde la superstición se confunde con la verdad, donde lo sagrado y lo maldito caminan de la mano. Son cuentos que huelen a humo, a barro y a sangre seca. No buscan respuestas, solo abrir una puerta al miedo primitivo que todos llevamos dentro. El miedo a lo que siempre estuvo ahí. Esperando. Adelante. Pero no digas que no te lo advertí.