Explorando los dilemas psicológicos y las cuestiones materiales a la luz de la ironía característica, Machado de Assis presenta una anécdota entre el notario Vaz Nunes y el soñador frustrado Custódio, sobre una gran solicitud de préstamo para invertir en una fábrica de agujas. El choque entre la insistencia de Custódio y la negativa de Vaz Nunes dialoga con el orgullo herido de las diferencias de clase y el malestar social.