Si la figura de Descartes es referencia insoslayable para el par de tradiciones filosóficas que se reparten el dominio intelectual de eso que llaman Occidente (para la franco-alemana o "continental", y para la del más bien marítimo mundo anglosajón), para nosotros, en el (a la vez marítimo y continental) mundo hispánico, y más ampliamente en el latino y católico, desde luego no lo es menos, y acaso lo sea incluso más.
Lo de ellos, advierte un destacado especialista londinense, es en el fondo una caricatura —o un "mito filosófico", digamos. Y lo nuestro… Lo nuestro es, como nosotros mismos, algo más complicado.