Quizá estamos ante el mayor problema de salud mundial, de consecuencias imprevisibles por lo difícil de solucionar y las implicaciones económicas, tecnológicas y de seguridad que conlleva. Se insta a los gobiernos del mundo entero hacia la búsqueda de soluciones que no impidan la utilización de la tecnología existente y su adecuado progreso, pero que prime ante todo la salud de los afectados.