En el transcurso de la Historia la opinión pública siempre ha sido manipulada. Para mantenernos informados dependemos de organismos especializados raramente independientes, subordinados al poder económico o ideologías políticas, moldando la opinión del ciudadano común a respecto de todos los asuntos de su interés. En la primera mitad del siglo XX, ese papel informativo era desempeñado por la prensa escrita, la radio, la literatura y el cine, todos ellos controlados de alguna forma por partidos políticos o bajo la influencia del poder económico de agrupaciones generalmente anónimas. Por todo eso, podemos afirmar que la historia de la Segunda Guerra Mundial aún no ha sido narrada de forma imparcial, siempre fue escrita por los vencedores (los "Buenos"), que impusieron su versión en las páginas oficiales de la Historia, orgullosos de haber derrotado a "los Malos". Diversas razones han influenciado para que eso suceda: el tiempo transcurrido todavía no fue suficiente para apagar viejos odios y los ecos de la propaganda de guerra aún ejercen fuerte influencia sobre el hombre común, manteniendo determinados asuntos como tabú para escritores e investigadores de la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, algo está cambiando. La actual generación demuestra una estimulante independencia intelectual, a cada día aumenta el número de personas que exigen conocer la verdad sobre los más diferentes asuntos. La Internet abrió la puerta para muchos autores marginalizados por las tradicionales editoriales, ello ha enriquecido el panorama literario e informativo para quien tiene verdadera curiosidad sobre el pasado. Para elaborar esta amplia cronología que pretende acompañar la guerra día a día, desde 1933 hasta 1946, he consultado un vasto material que ha sido filtrado, dentro de lo posible, consultando todas las versiones y puntos de vista, tanto políticos como socio-económicos y raciales. Ha sido una tarea difícil, algunas veces tuve que publicar ambas versiones sobre determinado hecho, al no poder descubrir la verdad y para evitar cometer injusticias omitiendo una de ellas. Afortunadamente, en la mayor parte, con paciencia y dedicación, fue posible llegar a la verdad, o muy próximo de lo que realmente sucedió. Como autor traté de colocarme al margen de ideologías, preconceptos raciales, nacionalistas y religiosos, apenas como un libre pensador… libre para relatar de forma imparcial la tragedia del mayor conflicto que ha afectado a la Humanidad, un conflicto que, en cierto sentido, aún no ha acabado, pues sus consecuencias continúan afectándonos. La Segunda Guerra Mundial fue la lucha entre el Sionismo Internacional y el Ultra Nacionalismo que arrastró el mundo al más terrible baño de sangre de la Historia.